sábado, 10 de diciembre de 2016

Reseña histórica

"El cuerpo solo es algo para transportar el cerebro de una parte a otra"
Thomas Alva Edison.

     Los primeros antecedentes documentados de la utilización de materiales no biológicos en medicina datan del año 3.000 a.C., en el antiguo Egipto (donde prótesis de madera fueron halladas en las tumbas de los faraones) y en el siglo VII a.C., en las civilizaciones de Grecia y Roma (en las cuales utilizaban metales para el tratamiento de heridas y algunas enfermedades). En la Edad Media, utilizaban ligaduras en algunos procesos quirúrgicos para detener hemorragias. Más tarde, en la Edad Moderna, en la Europa del siglo XVI, el oro y la plata eran empleados para reparaciones dentales y, los hilos de hierro, para la inmovilización de fracturas óseas.


     Avances tecnológicos del siglo XIX, particularmente el desarrollo de la anestesia, la cirugía en condiciones estériles y los rayos X, propulsaron la búsqueda de metales que pudiesen utilizarse en el interior del cuerpo sin presentar inconvenientes (causados por la corrosión o por la falta de las propiedades mecánicas necesarias). No obstante, los factores que impulsaron el desarrollo de los biomateriales fueron los conocimiento de la ciencia y tecnología consecuentes de la Segunda Guerra Mundial y el aumento de la demanda para rehabilitar a los millones de heridos en la guerra. En ese momento, surgieron los biomateriales poliméricos y los antibióticos eficaces.


     En las décadas de los 50 y los 60, el desarrollo de estos artefactos tuvo su auge, ya que se empleó el uso de procedimientos empíricos para adaptar materiales convencionales en aplicaciones biomédicas y se publicaron los primeros estudios sobre los mismos. Sin embargo, el punto de partida definitivo para el desarrollo de los biomateriales ocurrió en la Universidad de Clemson, Carolina del Sur, en 1969, lugar donde se celebró el primer simposio de Biomateriales y, años después, en 1978m se ejecutó el primer Congreso Internacional sobre Biomateriales.

     A partir de entonces, los estudios sobre estos instrumentos han avanzado a pasos agigantados, hasta llegar a ser como los conocemos hoy en día. Al haber evolucionado tan rápidamente la construcción y utilización de estos artefactos, también han aumentado los logros que, por medio de ellos, se han conseguido en el ámbito médico, hasta llegar al punto en que ciertos autores afirman que, en el futuro, podrían reemplazar por completo la función del cuerpo humano. David Fishlock, autor del libro "El Hombre Modificado" (1969), dice en su libro:

   
 En la lucha por prolongar su vida y en la búsqueda de instrumentos de muerte cada vez más efectivos, los logros del hombre en las últimas décadas han sido prodigiosos. Hoy día le es ya posible posponer la muerte (...) Este proceso que empezó hace miles de años, ha llegado hoy a la "interacción entre el hombre y el temible poder de las computadoras". La creciente simililtud entre diminutos circuitos electrónicos y el propio sistema nervioso del hombre ha prodcido notables pasos de avance en el tratamiento de la incapacidad física y en el refinamiento de la construcción de miembros artificales. (Contraportada).


Referencias bibliográficas:

  • La evolución del campo de los biomateriales. Disponible en: http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:wx8ZQKcPCQkJ:www.cec.uchile.cl/~mpilleux/id42a/Trabajos/14ImplantesOseos/14ImplantesOseos.doc+&cd=3&hl=es&ct=clnk&gl=ve [9, diciembre, 2016]

  • Kirschenbaum, J. (2011). Materiales y materias primas. Biomateriales. Disponible en: http://www.inet.edu.ar/wp-content/uploads/2012/11/biometales.pdf [7, diciembre, 2016]


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